miércoles, 23 de enero de 2008

LOS VIENTOS



En el extremo sur del continente americano, al sur del río Colorado y hasta la región denominada La Tierra del Fuego, se encuentra una región inhóspita conocida como La Patagonia. Sobre ella tienen jurisdicción dos países, Argentina y Chile.
Se trata de una extensión inmensa, comprendida entre los océanos Atlántico y Pacifico, que está permanentemente expuesta a la acción de los vientos que soplan de ambos océanos. Los vientos son bravíos y alcanzan velocidades de hasta 200 km. por hora. Los viajeros provenientes de otras tierras, —que la han recorrido— conservan en su memoria impresionada, el aullido de las corrientes que allí han escuchado. A consecuencia de ellas, la vegetación arbórea es bastante escasa, y los pocos ejemplares que consiguen desarrollarse no lo hacen en forma recta hacia el cielo, sino que se encuentran inclinados.
En el año del señor de 1919, llegó al poder en Argentina el candidato de la Unión Cívica Radical, D. Hipólito Irigoyen. Era la primera vez que se elegía un Presidente constitucional a través del voto secreto y obligatorio de todos los ciudadanos argentinos.
Se trataba de un gobierno de corte popular, en realidad el primero de ese tipo que tenía el país desde su formación en 1862. Una de las preocupaciones del nuevo Mandatario fue la de dar empleo a todo el mundo. Y es así que llenó la Administración Pública de tantos nuevos empleados, que había lugares donde no cabían, físicamente, por lo que se les pedía que sólo concurrieran a “trabajar” una sola vez por mes, a efectos de poder pagarles el “sueldo”. Ante esa perspectiva tan nefasta, un asesor del Presidente tuvo la ocurrencia de descentralizar la Administración de forma tal que se enviara n empleados al interior del país. En el marco de tan brillante idea, se creo una “Comisión para el estudio de los vientos de la Patagonia.” Se sostenía, de cara a la galería, que constituía una prioridad nacional el posible aprovechamiento de tan enorme fuerza, la que convenientemente transformada en energía, solucionaría infinidad de problemas al mundo. Viéndola en perspectiva, aquella era una idea tan de avanzada, que a los efectos prácticos, no servía para nada. Pero el asunto pasaba por dar empleo, como fuera.
La Comisión se constituyo rápidamente y la integraron 18.153 personas. Dada la latitud del tema, estuvieron representadas en ella casi todas las actividades habidas y por haber en la Argentina de los años 20. Baste decir que había poetas, filósofos, comisarios de policía, corredores de comercio, vendedores ambulantes, amas de casa, cabareteras, etc. Dado que en el arranque de sus actividades, era poco menos que imposible dar ubicación a tantas personas en la Patagonia, se resolvió que una parte pequeña de la Comisión, —unos 2.265 miembros—constituyera una avanzada y se trasladara al lugar a fin de comenzar las tareas.
Llegados al lugar establecido, una unidad militar situada en el corazón geográfico de la región, comenzaron las dificultades: ell Jefe del Destacamento les advirtió que el Ejército no le había enviado ninguna instrucción respecto de la Comisión, pero que él, —hombre de corazón gaucho—no los dejaría en la estacada . Fueron alojados en un enorme barracón y, por la buena voluntad de los Estancieros del lugar, fueron aprovisionados de abundante carne de oveja y leña a efectos de poder cocinar sus comidas. Las condiciones de vida del lugar eran durísimas, los fuertes vientos , las bajas temperaturas y las nevadas eran dignas de Siberia. Un cierto número de empleados desapareció misteriosamente. Los habitantes del lugar aclararon el misterio: se los había llevado el viento, quién sabe dónde. Otros, con más suerte, sufrieron congelamientos en las extremidades del cuerpo, razón por la que hubo que cortarles las partes afectadas —brazos, piernas, dedos— ya que no había otra forma de practicar la medicina. No faltaron los afectados psíquicos, quienes creyeron reconocer en el lugar, las descripciones del Infierno, según la Divina Comedia. Ellos quedaron abandonados de la mano de Diós, ya que el Psicoanálisis todavía se estaba inventando por parte de Freud.
Los paisanos del lugar se encogían de hombros y decían: “ pobres, están locos.”
Cuando llegó el buen tiempo, lo que quedaba de la avanzada de la Comisión, pudo trasladarse de vuelta a Buenos Aires. Allí anoticiaron al resto de los integrantes del proyecto sobre las dificultades de realizar los estudios encargados. La masiva reunión se realizó en la cancha de fútbol del Club Boca Juniors, en presencia de Delegados del Gobierno. Se resolvió suspender las actividades hasta que se proveyera de las infraestructuras necesarias para tan noble cometido. Mientras tanto, los integrantes de la Comisión seguirían cobrando sus “sueldos”, ya que lo prometido, es deuda.
El Presidente Irigoyen terminó su mandato en 1922, fue sucedido por Marcelo T. de Alvear —nombrado a dedo por Irigoyen—, quien termino su mandato en 1928.
Le sucedió otra vez Irigoyen, quién fue derribado por la Revolución del 6 de setiembre de 1930 encabezada por el General José F. Uriburu. Uno de los primeros actos del nuevo gobierno fue disolver la “Comisión para el estudio de los vientos de la Patagonia”.

2 comentarios:

boticcario dijo...

Fantástica. Pero es fácil saber por que ocurrió aquello. En aquella época el surrealismo estaba de moda, y decidieron crear una situación surrealista a nivel nacional.

je, je, je

Un abrazo

Los Caballos de Troya dijo...

Una historia fantástica.