miércoles, 30 de enero de 2008

LA CONSPIRACION


Dedicado a tí


Los cafés de la ciudad de Buenos Aires son el Segundo Poder Legislativo de la Nación. Allí los ciudadanos se expresan libremente, sin tapujos y con más contundencia que en el Congreso Nacional, donde Diputados y Senadores, defienden más sus intereses sectarios, que el bien general. En los cafés no existe hora para deliberar fijada de antemano, ni tampoco Orden del Día. Las cosas surgen en cualquier momento y de manera espontánea. Y a tenor de lo dicho, en el célebre café La Humedad, surgió de la nada un debate profundo.
En rueda de tertulianos, un señor flaquito largó la siguiente andanada: “Cada vez que me cruzo con una mujer hermosa, pienso que ella no será para mí; cada mujer bella que pasa sin detenerse ante mí es una historia de amor que no se me concreta. Y yo digo: "si tú no me conoces ¿Cómo podrás olvidarme?”. Se produjo un silencio prolongado entre los parroquianos. El tema se las traía.
El señor flaquito siguió diciendo: ”No se puede negar el poder diabólico de la belleza, es mas fuerte que el del dinero. Las mujeres hermosas conocen perfectamente el calibre de sus armas, y las utilizan para provocar el sufrimiento de los hombres. Ostentan su belleza, pero no permiten que ninguno la disfrute”.

—Si señor —afirmó un señor bajito—, lo que usted dice no es casual, obedece a un plan diabólico. Existe una conspiración por parte de las mujeres hermosas contra los hombres.
—No lo creo—dijo un señor gordito—, suelen verse todos los días mujeres hermosas acompañadas por algún caballero, lo que demostraría que por lo menos uno salió airoso, aunque esto, claro está, no deja de ser trágico; porque es una posibilidad menos que yo tengo.

—A mi me parece —dijo un señor de bigotito—, que el problema es que los hombres no sabemos piropear a las mujeres, entonces, ¿cómo pretendemos que nos lleven el apunte? El piropo es un género artístico que debe ofrecerse desinteresadamente. Usted suelta un buen piropo, pero no debe esperar nada a cambio.

—¡Ah, no! —dijo un señor peladito—, si yo digo un piropo, es para obtener una respuesta alentadora, y ver luego si consigo comenzar un romance, si no, no vale.

—¡No creo en una conspiración! —afirmo un señor viejito—, mi larga experiencia me dice que las mujeres hermosas se odian entre sí, por lo que es imposible cualquier tipo de acuerdo en esa materia.

Un señor jovencito terció:”Si el propósito de las mujeres bellas es hacer sufrir a los hombres, tienen dos formas de hacerlo. Pueden vivir un romance con los tíos o pueden no vivirlo”.

—Yo creo —dijo un mozo del café— que debiera hacerse una encuesta entre las mujeres hermosas para ver que sale. Pero antes, debe definirse con precisión que es la hermosura, para saber quién pertenece o no a esa categoría.

—Seguro que esa encuesta fracasa —dijo el dueño del Café—, porque las mujeres o pensarán que los “encuestadores” solo quieren ligar, o si es cierto que conspiran, no les dirán la verdad a sus víctimas.
—Hay un indicador que no falla —dijo un inspector municipal—, si una mujer es hermosa, seguro que es tonta, y las tontas no tienen inteligencia para conspirar.

—¡Cuidado! —dijo un viajante de comercio—, que hay mujeres que son feas y tontas. Una mujer fea e inteligente no entraría en la encuesta, y una mujer hermosa e inteligente, no creo que exista”.

—¡No le permito! —intervino un señor miope—, ¡mi novia es hermosa y es inteligente!

—Lo que pasa—le espetaron—, es que usted es ciego y no ve una hostia.

—Pero hay algo más —dijo un señor que pasaba por allí—, hay mujeres feas, a las que los hombres les han hecho creer que son lindas, y luego se dan el lujo de despreciar a hombres que jamás pensaron en conquistarlas.

—Y usted —preguntó un señor barbudo—, ¿como se da cuenta que una mujer es hermosa?

—Porque siento un puntapié en el corazón”—dijo el dueño del Café.

El debate siguió por horas, y al final, como pasa siempre, le dieron la razón al que tenía mas plata de entre los presentes.

3 comentarios:

Los Caballos de Troya dijo...

Yo siempre he creído en la conspiración... Todas las mujeres se reunen una vez a la semana en un lugar donde los hombres desconocen.... forman sus consejos y debates, organizan estrategias e incluso redactan actas del día. Son tan inteligentes, que han dejado creer a los hombres que eran ellos quienes manejaban la situación.... No han dejado nunca que los hombres las conozcan, aún habiendo infiltrado espías entre ellas ( hay hombres que salen con mujeres)

En el fondo los hombres sólo quieren una cosa, una mujer. Por qué, nunca se sabrá. Para qué, tampoco. Desconocemos casi todo, pero en el fondo nos da igual....
Nos conformamos con su compañía, que es lo que más nos interesa.

Saludos
Alfonso

bastekcat dijo...

Genial. Cada una de las frases de tu escrito merece una reflexión. En especial eso de que las mujeres hermosas nunca podrían aliarse porque se odian entre sí.
Verídico, no hay cosa peor que la competencia entre mujeres.
Jamás piropees a una mujer delante de otra, porque te ganarás a una enemiga para toda la vida.
Jamás pagues un café a una desconocida en un bar, y desestimes a otra que está cerca, porque seguro que ese día sufres un atropello.
Mi consejo ante dos mujeres hermosas es hacerse el interesante y pasar de las dos, porque si le entras a ambas... entonces ve preparando tu funeral.

boticcario dijo...

Hablando de Belleza. ¿Porque se suele cumplir la máxima
Mujer guapa-hombre normal/feo y
Hombre guapo - mujer normal/fea?

En cualquier caso, opino como el señor flaquito, el primero que habla.

Ahora bien, lo que más me ha gustado de la historia es el final :-)