sábado, 26 de abril de 2008

Acerca de los regalos


Cuando recibes un regalo, debes saber que te han entregado una cosa en forma gratuita y que lo han hecho por voluntad , por costumbre y, a lo mejor, por amor. Pero desde los tiempos de la célebre dádiva del Caballo de Troya, la humanidad ha decidido juzgar las ofrendas recibidas. La época actual conserva esa tradición juzgadora, y el beneficiario/a somete el regalo a un serio escrutinio, del que se deriva una auténtica sentencia: —Es una porquería; —¿A este, qué le picó?; —¿Que pasa, te has vuelto loco? — ¿Qué me estarás ocultando? y otras lindezas por el estilo, que se disimulan tras el consabido: ¡Muchas gracias!

Y es que el buen regalar es una auténtica técnica multidisciplinaria, que requiere del conocimiento de cantidad de especialidades e incluso de una gran sensibilidad.
No siempre debe esperarse un acontecimiento para obsequiar, es bueno hacerlo también como una muestra espontánea de cariño. Llega en forma inesperada, es una sorpresa emocionante. Regalar versos sentidos es una costumbre romántica, algo en desuso, pero muy hermosa. Un poeta era tan pobre, que le regaló su sombra a su querida.

Suele decirse que obsequiar determinadas flores o piedras preciosas lleva implícito un mensaje más o menos oculto. Pero los críticos contemporáneos lo niegan, alegando que es un burdo truco comercial de los floristas y los joyeros.

Tampoco la cosa regalada tiene un destino fijo. Si te gusta los usas. Si no te agrada puedes cambiarlo, siempre que el regalo venga con una tarjeta del lugar donde fue comprado. Puedes guardarlo, sobre todo en épocas de inflación, por aquello de: "¡Guárdalo que va a subir!", puedes también regalárselo a otro, siempre que no sea el que te lo dio a ti. Por último puedes donarlo a una Institución, para que hagan una tómbola.
Tanto los regalos ridículos, como los ostentosos suelen ofender a las personas.

Los protocolos sociales en uso dicen que deben efectuarse regalos —inexcusablemente—, en los aniversarios, los bautizos, las navidades, en casos de accidentes, operaciones o percances en general. Ahora también se han agregado los casos de divorcio.

Una consideración especial es el regalo a la esposa en el día de su cumpleaños. Este regalo debe ser para disfrute exclusivo de la señora, como los perfumes, la ropa interior, la ropa en general, joyas, libros, discos. Nunca debe regalársele un artefacto del hogar, frigorífico, plancha, lava vajilla, etc.
Hacer esto último implica ofender, es regalar un Caballo de Troya. Te lo “regalo” para que luego lo uses en mi beneficio; es el mensaje que lleva implícito. Una forma oculta del machismo, odiosa como pocas.

3 comentarios:

Maria dijo...

Me cuesta tantísimo comprar el regalo adecuado que si por mi fuera aboliría la costummbre de regalar en fecha señalada para promover el regalo sentido en cualquier fecha. Saludos

Firebrand dijo...

Hay muchos partidarios de tu teoría, pero esta muy arraigada la costumbre, ¿quien le pone el cascabel al gato?

Maria dijo...

Por cierto, hay un pequeño reconocimiento de agradecimiento en mi blog para CONTADORES. Un abrazo